Hoy en día nos preocupa mucho como ir vestidos por fuera, pero ¿a ti te preocupa cómo vestirte por dentro? En Confecciones Emilio sabemos la importancia de vestir bien por dentro. Nos referimos, por supuesto, a la ropa interior.
¿Te gustaría saber las 6 curiosidades de la ropa interior masculina? El calzoncillo puede parecer una prenda muy insignificante, pero la verdad es que pocos saben de su importancia. Hoy te vamos a contar todo lo que no sabías, ¿te atreves?
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La historia del calzoncillo
Hace unos meses hablábamos de la historia del pijama. Al igual que la ropa interior, el pijama es una prenda que no mostramos en público a menudo. Por lo tanto, no le damos tanta importancia como a la ropa de calle. Si te interesa conocer más sobre el pijama, no dudes en leer nuestro post ¿Cuál es el origen del pijama?
No te preocupes, hemos venido a hablar de calzoncillos y es lo que vamos a hacer.
Hasta el Renacimiento se utilizaba una especie de medias abiertas. No existía el calzoncillo como lo conocemos hoy en día. Esa prenda iba completamente suelta, sin oprimir nada, bajo una túnica.
Pero esto dio un giro inesperado cuando llegamos al Renacimiento y lo que pasó de ser unos “cubre piernas” se convirtió en la famosa bragueta, una bolsa donde se escondían los atributos masculinos y también servía como monedero para los hombres.
En cambio sí nos aproximamos al siglo XIX, lo que nosotros relacionamos ahora con lo que es nuestro “calzoncillo” en esa época se trataría de un “mono” cuyo color solía ser rojo. A parte de que desteñía, estaba hecho con lana, algo que daba un calor de mil demonios. Luego, a finales del siglo XIX, hubo una breve modificación ya que el color pasó a ser gris e introdujeron en la parte trasera del mono una apertura para poder hacer las necesidades en paz sin tener que quitarse todo ese “armatoste”al ir al baño.
Además, se fueron cambiando los materiales, haciendo cambios en la transpiración y en el tipo de material porque la lana daba mucho calor al fin y al cabo. Cambiando así, en muchas ocasiones a la seda como un nuevo recurso o también al algodón.
Se podría decir que a partir del siglo XX se dividió esa pieza única, “mono,” en dos piezas: camiseta y pantalón, esta última se llamaba bóxer. Luego, más adelante, en 1935, entró el “calzoncillo” que nosotros hoy en día conocemos, bueno de diferentes colores, materiales y tipos.
La comodidad del calzoncillo
Está claro que el calzoncillo es más cómodo que la ropa interior femenina en todos los sentidos. Son más anchos y elásticos, por eso cada vez hay más mujeres que lo utilizan. Estaréis todas de acuerdo en que las bragas alguna vez resultan incómodas. ¡Viva la comodidad!
Como hemos podido ver, el calzoncillo tiene mucha historia, pero nos quedan muchas curiosidades por contarte. Si te interesa, no dudes en seguir leyendo:
- Hay siete tipos de calzoncillos: calzoncillo largo, boxer, tanga, slip, bóxer slip o ajustado y el suspensorio.
- La palabra calzoncillos proviene de las antiguas calzas. Es más, hubo otras derivaciones: calzado, calcetines, calzones… ¡Qué casualidad! Son todo prendas que se utilizan de cintura para abajo.
- Otras formas de referirnos al calzoncillo son bombacho, calzón, interior o trusa. Depende de la zona en la que vivas. ¿Tú cómo lo llamas?
- La prenda interior más antigua de la que tenemos conocimiento data del 300 a.C. aproximadamente. Solían ser de cuero, lino y algodón.
- Los colores más consumidos por el hombre son el blanco y el negro.
- Los calzoncillos que más se venden son los de algodón.
Quizá no pensabas que una prenda tan sencilla podía ser tan interesante, pero sí que tiene muchos datos curiosos, ¿verdad? ¿Conocías todos los datos que hemos mencionado? ¿Hay alguna curiosidad que no hayamos puesto y te gustaría incluir? ¡Déjanos tu comentario!
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Buen resumenp
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