Todas tenemos una falda por lo menos en nuestro armario, ¿verdad? Aunque es interesante destacar que esta prenda no solo ha sido utilizada por mujeres a lo largo de la historia; por hombres también.

Los inicios de la falda

Mujeres y hombres por igual utilizaban falda para protegerse del frío y el viento, aunque más tarde también se confeccionaría para adornar el cuerpo. Nuestros antepasados cogían el trozo de tela que hoy en día podemos llamar falda y se la ataban a la cintura o al pecho con una cuerda.

A medida que pasaba el tiempo la diferentes culturas lo ajustaban a sus necesidades. Los egipcios, por ejemplo, introdujeron el plisado. Los hombres lo llevaban hasta las rodillas, mientras que a las mujeres les alcanzaba el tobillo, tenían tirantes y lo llevaban ajustado al talle.

En la Antigua Roma, el emperador Constantino puso de moda entre los soldados romanos la típica falda de tiras de cuero al empezar a usarla él ¡A eso lo llamamos crear tendencia!

¿Cuál es la falda más famosa del mundo? La de los escoceses, por supuesto. A lo largo del tiempo han ido adaptando esta prenda a las mujeres. 

Cuando la falda se convirtió en una prenda exclusiva para las mujeres

Es en el momento en el que se adjudica esta prenda como femenina (por permitir el movimiento libre de piernas y ser cómoda) es cuando se adapta a las necesidades y tendencias del género femenino.

En la Edad Media las faldas se confeccionaban con telas oscuras y muy pesadas. Comenzaba bajo el busto y llegaba al suelo. En la época renacentista se convirtió en una especia de túnica y crecía desde los hombros hasta los pies. En pocas palabras, era más un vestido que una falda.

La falda volvió a nuestras vidas en el siglo XVII hasta el XVIII. Esta es la época en la que abombaban las faldas con una serie de aros (o incluso estructuras metálicas) para dar una visión más estrecha de la cintura.

A finales del siglo XIX y principios del XX se eliminaron esas estructuras tan voluminosas. Se comenzaron a utilizar materiales menos pesados, pero seguían llegando hasta el tobillo, lo que dificultaba bastante el movimiento en el día a día.

Los años veinte estuvieron marcados por Coco Chanel, quien propuso otro estilo de falda: más amplia y corta, lo que facilitaba el movimiento a las mujeres. Tristemente, debido a la Segunda Guerra Mundial, las telas para las faldas se volvieron de muy mala calidad. Se hicieron más estrechas y llegaban a la pantorrilla.

Un paso más en el diseño de la falda

Una vez acabada la guerra, vuelve el glamour al mundo de la moda y empiezan a diseñarse faldas de muchos colores y de largo variado.

El boom llega en los sesenta, cuando irrumpe la minifalda en nuestra vida. La minifalda no solo fue una nueva moda, sino que era un símbolo de la liberación femenina en aquellos tiempos.

Hoy en día contamos con una variedad de faldas inimaginable, y estamos encantados por ello.

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